jueves, 27 de febrero de 2014

Tienda VIU discrimina: niega crédito a clientes por ser ciegos

Hola les comparto este reportaje que publico en dis-capacidad.com



 Un ojo es el logotipo de la tienda de electrodomésticos “VIU” y debajo del nombre destaca su lema: “Tienes que ver”. Holanda y Luis no pensaron que el eslogan fuera literal, pensaban que era una metáfora para referirse a lo increíble de las ofertas, según sonaban en la promoción. Se equivocaron. “Que no podían darnos el crédito porque es política de la empresa no otorgar créditos a personas con discapacidad visual”, cuenta indignada Holanda Ramírez, quien es una mujer ciega, como su esposo Luis, los dos trabajan, son profesores para niños con discapacidad. No podían creer lo que les decía el empleado. Llegaron a la tienda “VIU” sucursal Mariano Otero, en Guadalajara, Jalisco, porque en la radio escucharon la promoción de comprar colchones en febrero y pagarlos hasta junio. Cuando solicitaron información no hubo ningún problema, les informaron los requisitos para acceder al crédito: dos identificaciones, dos referencias y una tarjeta de crédito. Luis recuerda que les ofrecieron que “en 15 minutos nos aceptarían o rechazarían el crédito después de hacernos una investigación en el buró de

 crédito”.

 


 El vendedor, quien se identificó como Julián, fue a consultar al gerente Yahir Casillas; minutos después regresó y les dijo a modo de advertencia que “para hacernos la investigación, tendríamos que firmar varias veces”, recuerda Holanda. Como ella y Luis tienen tarjetas de crédito y han tramitado tarjetas en otros momentos creyeron que era parte del procedimiento habitual, “ya tenemos créditos con otras instituciones, le dijimos que no había ningún problema y que nosotros les orientaríamos sobre cómo firmar”. El crédito que solicitaban sería a nombre de Luis, profesor de la Secretaría de Educación Pública de México. Luego de unos minutos el vendedor regresó para decirles que no podían darles el crédito “porque era política de la empresa no otorgar créditos para personas con discapacidad visual”. Lo que para Holanda, Luis y sus tres hijos era un fin de semana para ir de compras se convirtió en un día de indignación por el trato discriminatorio. Ella y su esposo se preguntaron por qué no podían recibir un trato igual al resto de los clientes, protestaron: “¿Pero, por qué?, nosotros les podemos decir cómo firmar, tenemos otras tarjetas y les dije: háganos la investigación como tal, como cualquier persona, si es por el buró de crédito (en el cual estamos seguros de que no estamos), aceptamos una negativa como se le puede dar a cualquier persona, pero esa respuesta no”. En VIU, la tienda que usa un ojo como emblema, insistieron en la negativa agregando, esos sí, que “les daba muchísima pena” y les plantearon la opción de venderles el colchón con una tarjeta diferente, pero no con un crédito de la tienda. Sin embargo, el matrimonio decidió no aceptar la propuesta. Como el trámite ni siquiera inició porque sólo les dijeron que por políticas de la empresa no podían otorgar créditos a personas con discapacidad, Holanda y Luis no cuentan con ningún papel en el que se señale que su crédito fue rechazado por no cumplir con los requisitos de la empresa. Antes de irse de la sucursal, sin el colchón que querían comprar, este matrimonio le advirtió al personal de VIU que estaban actuando de forma indebida: “es algo discriminatorio porque nosotros tenemos el mismo derecho y porque ya hay otras instituciones bancarias que nos han otorgado créditos”.


 

 Discriminados por segunda vez 


 Salieron imaginando que había sido una decisión personal del gerente por ignorancia o por temor, que aquel argumento de “son políticas de la empresa” quizá sólo era pretexto para no meterse en problemas y no vender. Al día siguiente, el domingo 9 de febrero acudieron a la sucursal de VIU en Cruz del Sur, en Zapopan, al poniente de Guadalajara. Hasta llegaron optimistas con la idea de al fin comprar el colchón ese día y aprovechar la oferta. Después de consultar los precios y preguntar por un modelo especial, hablaron con la vendedora: “Nosotros le dijimos si podíamos tener un crédito como personas ciegas”, la vendedora les dijo “claro, si no eso sería discriminación”. Ellos pensaban que por fin accederían a la oferta. La vendedora, confiada, acudió directamente con la gerente de nombre Bárbara. Sin embargo, se repitió la mala experiencia. Primero les plantearon que para firmar la solicitud de crédito era necesario que “alguien (que sí ve) leyera el contrato, que hubiera un aval que respaldara su firma y que les leyera el contrato”, ellos entendieron que era lo mejor para las dos partes y aceptaron la propuesta. “Lo vimos comprensible aunque nunca nos había pasado”, comentan estos profesores. Minutos después les informaron que aún así, tampoco sería viable otorgarles el crédito: “La gerente se va, sale y nos dice que lo siente muchísimo pero que por políticas de la empresa, de nuevo, es que no pueden darnos el crédito, ni siquiera llevando un aval. Le pregunto ¿por qué? , dice que no lo sabe, que lo siente muchísimo, que son políticas de la empresa”. Les dicen una y otra vez que “lo sienten mucho” y les ofrecen que podrían hacerles una investigación y mandarlos a una tienda filial o descontarles el colchón vía nómina. Dos veces, dos visitas y como explican ellos en este último caso, lo de ir a su casa a “investigarlos” es una medida discriminatoria para las personas ciegas. “No nos parece esto justo porque descontarnos por nómina es como asegurarse que las personas con discapacidad visual vamos a pagar y yo creo que no nos merecemos esto, merecemos la misma confianza que cualquier persona”, argumentan estos profesores que enseñan a los niños y niñas ciegos herramientas para tener una vida autónoma e independiente. Sobre la primera vez que estuvieron en la tienda cuentan que el personal los trataba “como niños”, que aún cuando los “felicitaron” por ser tan independientes, el trato que recibieron fue discriminatorio. Holanda y Luis lamentan, sobre todo, que sus hijos eran testigos del trato que estaban recibiendo: “ellos son personas que nos ven, que están viendo cómo nos están tratando, están aprendiendo eso y eso no es justo”.
 



VIU no responde 


 En el portal de VIU, específicamente en el apartado “conócenos” describen sus 42 años dedicados a la venta de electrodomésticos, muebles, colchones, motocicletas y bicicletas. Al final de su presentación dicen: “No esperamos que los clientes se adapten a nosotros, Nosotros nos adaptamos a ellos”. En su cuenta de twitter se presentan de la siguiente manera: “Compra por internet o visita la mayor exhibición de muebles, electrónica, línea blanca, colchones y decoración jamás vista a precios que… ¡tienes que ver!”. Dis-capacidad.com ha solicitado una entrevista con la tienda VIU vía telefónica y a través de correo electrónico a la cuenta contacto@viu.com.mx. Hasta el momento no hemos tenido respuesta. Luis escribió un mensaje en la página de la tienda VIU sobre lo ocurrido, sin embargo, borraron su comentario. Queja ante Conapred y denuncia ante Profeco Holanda y Luis no sólo se quedaron con la indignación. Del enojo y malestar pasaron a la acción y ya presentaron su queja ante el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Conapred). “Lo que pretendemos haciendo este llamado es que cambien sus políticas de empresa y que reciban un curso de cómo pueden tratar a las personas con discapacidad en cuanto a la firma o si no es la firma puede ser la huella”, dice Luis, quien señala que esperan esto contribuya a eliminar esta práctica discriminatoria. La pareja fue informada por el Conapred que su queja está en el expediente Q89 y que el caso fue turnado a la licenciada Flor Marcela Palomares. También presentaron su denuncia ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). No fue una queja porque no hubo una compra, sino que se les negó el servicio. Con la denuncia se abre un expediente para que Profeco acuda a hacer una verificación a la tienda VIU como señala la información que recibieron: “En respuesta a su atenta denuncia registrada con número de folio 0001493-2014, nos permitimos comunicarle que por parte de la PROFECO, se tomó debido conocimiento de la misma, para efecto de su atención, practicando las acciones de verificación correspondientes para vigilar que los proveedores ajusten sus prácticas comerciales a lo dispuesto por la Ley Federal de Protección al Consumidor” En los derechos del consumidor que defiende Profeco, está el derecho a no ser discriminado: “Al comprar un producto o contratar un servicio, no te lo pueden negar, tampoco discriminar o tratar mal por tu sexo, raza, religión, condición económica, nacionalidad, orientación sexual, ni por tener alguna discapacidad”. El colchón es lo de menos “Nosotros podríamos comprar el colchón con cualquier otra tarjeta, darnos la vuelta e ir a otra tienda. No queremos que nos den el colchón, no queremos el crédito, lo único que queremos es que cambien las políticas de la empresa porque son discriminatorias y también queremos que otros compañeros no pasen este mal rato”, dice esta pareja de esposos ciegos que hacen público esto porque la discriminación puede repetirse con otras personas ciegas o débiles visuales. Luis Gómez insiste en que, en todo caso si se les negarán las ofertas y promociones de la tienda, VIU debería decirlo. “Su promoción jamás dice que a las personas con discapacidad no se les puede dar un crédito, si no cambian sus políticas que pongan eso en sus anuncios, en radio”, dice. Holanda lamenta que ejercen su lema al pie de la letra: “Su eslogan bien claro lo dice “ VIU, Tienes que ver”, pero deben agregar “si no ves no lo puedes comprar, desde esa parte está muy claro, lástima que a veces uno no entienden sus mensajes subliminales”.