sábado, 30 de marzo de 2013

Viacrucis en Ciudad Oculta


Ricardo Cuello fue el Cristo Villero
Ricardo Cuello llegó tarde a los preparativos del viacrucis en Ciudad Oculta en Buenos Aires. Antes de ser “Jesús” acompañó a una familia que estaba de luto porque cuando no es el personaje principal del viacrucis trabaja en los servicios fúnebres de la villa. No sólo la barba, el cabello largo y la altura hicieron que Ricardo fuera “Jesús” también la forma en que consuela a los que sufren y su experiencia como catequista hizo que lo eligieran como “Cristo villero”. 
Contó que al estar en los servicios funerarios lo que hace es “acompañar a la gente en un momento jodido. Ayudarlos a que velen a su ser querido”. Él y otros vecinos de la capilla “ Nuestra Señora del Carmen” ayudaron con vestuario y maquillaje para recrear el calvario hacia la cruz. “Preparé, planché y arreglé la vestimenta de los actores”, dijo Norma, una vecina que cuando a Jésus le pusieron la corona de espinas ella lo bañó de pintura roja en la frente. Aquí un video que realicé sobre  el Viacrucis publicado en Clarín.web. Edición Cecilia Vecchiarelli


En este viacrucis Judas fue mujer porque nadie quiso representarlo. Candy fue “el traidor”. “No querían porque lo relacionaban con la traición y lo hice porque debía estar ese personaje”,contó esta vecina de ciudad Oculta que como otros hicieron que la Villa viviera su viacrucis con estaciones que tenían como escenario la azotea o los ladrillos del hospitalito. Como no todos son Judas o Jesucristo más de veinte personas completaron la Pasión de Cristo.
Por eso estuvo el constructor que tuvo el papel de guardia de Poncio Pilato, lloró una estudiante de administración de empresas para que sus lágrimas fueran similares a las de María y Pedro, el que negó tres veces a Jesús, trabaja en una panificadora. Cuando la Villa no es Jerusalén es su casa. 
Los actores caminaron en su papel sin decir los diálogos porque sacerdotes y catequistas contaron las escenas y aprovecharon para dar un mensaje a la comunidad :“ el Señor camina las calles de nuestro barrio porque aquí muchos se sienten esclavos, hay chicos abandonados y son esclavos. Hay mujeres golpeadas y son esclavas, jóvenes atrapados por la droga que es esclava, hay gente sola, sin trabajo o con trabajo que también es esclava”. 
Ricardo, en su papel de Jesús, fue traicionado, cayó tres veces, le dieron latigazos, lo aventaron, lo escupieron y se burlaron. Cuando no está en su papel camina por la Villa, lo saludan, le piden ayuda, lo admiran y lo quieren porque los acompaña cuando la muerte llega a su casa.
Para él valió la pena el dolor de los golpes, aunque eran simulados más de alguno le caló en las costillas, porque al personificar a Jesús buscó“que la gente me vea, me vea como jesus y que sepa que él murió por ellas pasando por esta pasión”.Él terminó su papel actoral y como el resto del elenco disfrutó de la pizza que les cocinó el sacerdote de la capilla para agradecerles la puesta en escena en las calles de Ciudad Oculta. Por Priscila Hernández